A través de la REFLEXOLOGÍA PODAL podemos hacer un recorrido por los distintos puntos del pie que corresponden a las diferentes zonas reflejas del cuerpo. A través del estímulo de dichas zonas favorecemos un cambio en los pies y en las áreas corporales asociadas, que va más allá de una profunda relajación a nivel físico. Es de gran ayuda en casos de estrés, inestabilidad emocional, desórdenes digestivos, molestias musculares o articulares entre otros. Es un complemento que ayuda a aliviar la tensión tanto física como emocional.